jueves, 17 de septiembre de 2009
¡Perdonada!
"Todos los días que seguía orando, sin confesar mis pecados, me debilitaba cada vez más.
Dios mío, tú hacías mi vida cada día más difícil. Llegué a ser como tierra que se seca en verano.
Entonces, decidí confesarte mis errores, Señor, y tú personaste todas mis culpas. Por eso todos tus seguidores deben orar a ti. Y así, aunque estén en mil dificultades, nada malo les sucederá.
Tu eres mi refugio, me rodeas y proteges. Por todos lados te escucho gritándome que tenga en cuenta que tú me has salvado.
"Te enseñaré y te mostraré el camino; te estaré observando y seré tu guía".
Salmo 32: 3-8 Versión Liga Bíblica - Centro mundial de traducción de la Biblia.
Gracias Señor, debo ser valiente.
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1 comentarios:
Te estoy haciendo caso Wela...
Muchas Gracias.
Dios bendiga tus oidos, porque para oir eres buena.
Nos vemos por ahí.
Tu hermano adoptado.
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