jueves, 28 de mayo de 2009

Por un bathroom

Martes, pucha que hacía frío. Esperaba a la Dany en Alameda c/n República, debíamos presentarle a nuestra profe de práctica (Mónica Vargas), la planificación de la sesión que nos toca este viernes en cátedra.
08:35, llega la Dany (también semi-formal). Y Comenzó nuestro recorrido junto a todo el gentío universitario por esa calle atestada de casas de estudio, que antiguamente pertenecieron a la aristocracia sshiilena. No pudimos evitar hacer la comparación de nuestro perfil universitario en la Lokademia, con el de la UNAB, los de la UDP y las Américas( lorean internachional lluniversitis). Nos sentíamos como en corral ajeno.
Al final llegamos al #480,(numeración que nos dió la Javivi), donde se suponía que trabajaba la profe (Universidad de los Lagos), pero no vimos el letrerito de la U... sólo uno que decía: "Fundación para la superación de la pobreza"... llamamos a la Javi, nos confirmó que era el #480, le dimos la descripción física del caserón, dijo que era ese. Entramos.
1) Pedimos hablar con la Sr. Mónica Vargas, 2) la recepcionista nos miró con cara de interrogante, 3) nos dijo que no trabajaba ninguna persona con ese nombre en esa dependencia, 4) salimos piolamente del lugar, 5) llamamos a la profe.

Profe: Aló? (con un hilo de voz y ultratumba más encima)
Yo: Profe, habla con Natali de la Academia.
Profe: Hola Natali (tose mientras me saluda).
Yo: Con Daniela estamos acá en República, queríamos confirmar la dirección de la ULA.
Profe: Pero Natali, ¡no me contestaron el correo!
Yo: Si profe, unas horas, después. ¿No lo vio?
Profe: (sorprendida) ohhh! (tose otra vez), no lo leí, en este momento estoy en mi casa, estoy súper enferma (no es porcina), llevaré a mi hijo a la clínica y paso por allá a las 11:00. Es en República #490.
Yo: Ya, entonces la esperamos, cuidese.
Profe: Ok, nos vemos. Chao.
Yo: Chao.

Con mi cara de "la vendimos" le dije todo a la Dany: ¡¡¡ERA EN EL # 490!!! Salímos avergonzadamente-rápido de esa institución, y nos fuimos a hacer hora por la calle republicana. Estudiabamos (muertas de frío en la interperie) todo el capítulo 10 de Ayesterán cuando la Dany manifiesta su incontenible deseo de ir al baño. ¡Vamos! - la animé- entremos a cualquier universidad.
Caminamos unas cuadras y entramos a la facultad de arquitectura y diseño de la UDP (que la Dany nunca notó) cuando nos para la guardia.
A dónde se dirigen- nos dijo- (con su voz finjida de buena persona), buscamos a una docente - mentí-, (violando uno de los mandamientos). Cuál es su nombre - preguntó-
Mónica Vargas, añadió rapidamente la Dany (estabamos súper posicionadas en nuestro rol) ¿Diseño?, sí, respondí. Buscó unos segundos en su gran lista de personal docente... y no la encontró, un poco frustrada nos dijo que no existía, nosotras le respondimos sínicamente pero cómo, debe haber algún error y le propusimos llamarle. Salimos de la U. La Dany moría de la risa, pero no podía contener sus ganas de "hacer". Cruzamos la calle (segundo intento) "las Américas". Entré segura, la Dany no tanto, dijo que esta vez pediría el baño, pero nadie nos detuvo. Había tanta sala loca, y nada de baños, subimos al 2do piso, había cartelitos por todas partes, las salas las nombraban: "sala-room" , pero ni rastro del baño...
Habían algunos mirones que seguían nuestra procesión, cuando derrepente ante nuestros ojos: el deseado, buscado y mentido: "BAÑO- BATHROOM". Era tan surrealista ese suceso, entramos brincando, satisfechas. No había nadie, nos esperaba.
Cuando secabamos nuestras manos, (con esa secadora que sólo hay en los Malls), nos reímos de nuestra estupidez tan potenciada, tan impulsivamente infantil.

Llamamos a la profe, nos dejó plantadas. Pero eso ya no importaba, nos consolamos en el "Mediterráneo" ex- Orange Blue de Alameda, entre prendas y la música que se oía:
"Baila- baila, sin pensar, baila- baila sin parar, baila y no pienses nada más (8)"

sábado, 2 de mayo de 2009

Los ojos de Rodrigo

Tantas preguntas que no puedo contestar...
En este tiempo te he pensado y me he preguntado cómo estarás, pero no esa pregunta superficial que hacemos a diario, si no que de verdad quiero saber cómo te sientes, que me cuentes cómo ha ido todo, como cuando recorríamos Santiago en micro y me llevabas a la consulta dental del Emilio, tu hermano mayor. Si esas conversas largas y sinceras, en que confiábamos en el otro, esas en que reíamos, hablábamos incoherencias y pensábamos en lo que nos gustaría hacer en el futuro.

En este tiempo me has hecho falta, sin duda, pero yo no sé si lo he sido para ti, puede sonar como ego-individualista, si yo sé bien quien te hace falta de verdad, tu papá.
Quiero que sepas que para mi también fue duro recibir la noticia, nunca lo esperé, menos en las condiciones que se dio su muerte, no dormí, también lloré; pero lo que más dolió fue darme cuenta de mi ausencia en todo el resto del año y que no hice nada para salvar nuestra amistad que se desprendía de a poco, en donde me ocupé de mis asuntos, principalmente de lo académico y de mi relación con Camilo. (Viste, no nos hemos puesto al día, estoy tal cual me conociste, sin ningún perro que me ladre (jé!))
Para mi también fue duro -reitero- sentir que no podía ayudarte, sentir que no me sentías presente, ver tus ojos ya cansados de tanto llorar, esos que nunca había visto antes, que me pedían que por favor no le preguntara nada, esos ojos que sólo querían estar solos.


Respeto profundamente tu silencio, tu tiempo, nunca ha sido mi intención agobiarte, todo lo contrario... pero mientras te lo tomas quiero que sepas que significas mucho para mi, que te quiero inmensamente, (como siempre) que estoy dispuesta a enmendar todos mis errores, ser más atenta, estar más presente, ser más prudente, menos inmadura, poder aconsejarte sabiamente. Sé que Dios te está restaurando, no quiero apresurarme, quiero esperarte.


¡Te quiero Flako!



Para Rodrigo Muñoz Duarte.